¿Qué son los objetivos de una empresa y cómo crearlos? +10 ejemplos

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Antes de lanzar un proyecto de empresa, debe definirse la estrategia a seguir. Se trata de adaptar el diseño de la compañía a los objetivos perseguidos y deseados. Por tanto, han de estar claras las motivaciones y las metas de la iniciativa. Es decir, han de estar muy claros cuáles son los objetivos de una empresa.

Estar por estar en el mundillo empresarial, o por inercia, es una táctica condenada al fracaso. De esta forma, si los objetivos de la organización se fundamentan, simplemente, en ofrecer una tarjeta de presentación atractiva, sencilla y sin demasiado contenido, el proyecto acabará por no alcanzar el éxito nunca.

El establecimiento de unos objetivos claros resulta, por consiguiente, premisa imprescindible en la planificación y el desarrollo de toda empresa. Esos fines pueden ser de tipo promocional, divulgativo, corporativo, etc. Da igual cuál sea el producto o servicio de la compañía, lo importante es que las metas estén bien definidas, así como la estrategia para que sean alcanzadas.

Por otra parte, el target debe estar presente en el proceso de elaboración de toda empresa. Los objetivos de éste siempre han de estar orientados a los usuarios, potenciales clientes y potenciales compradores de los productos o servicios ofrecidos. Los diferentes públicos objetivo llevan aparejados, también, distintas metas y diversas maneras de entender la política empresarial.

Lo más usual es que las empresas se dirijan a clientes finales y a clientes específicos (intermediarios, agentes, distribuidores etc.). Por eso, ya sea el público objetivo un proveedor o un distribuidor, o un usuario particular, todo estará definido en un plan corporativo en el que estén fijadas las metas y las formas de alcanzarlas.

Resumiendo, la indefinición o confusión de objetivos o metas por parte de una empresa es uno de los principales enemigos del diseño la planificación corporativa. En el proceso de gestación de un entorno empresarial, la primera pregunta que deben hacerse los promotores es: ¿por qué y para qué precisamos de la creación de este proyecto o negocio? Si la respuesta es diáfana, el ulterior proceso de confección de la estructura será más claro e inteligible para los profesionales encargados del asunto.

¿Qué son los objetivos de una empresa y cómo fijarlos?

¿Qué se quiere conseguir? ¿Cuándo y cómo? Todas estas preguntas nos las hemos de hacer para saber hacia dónde va el proyecto que hemos montado. Así pues, los objetivos de la empresa son clave para el éxito. Veamos cómo se diferencian.

Clases de objetivos en una empresa

Obviamente, entre los objetivos de una empresa encontramos multitud de posibilidades. Veamos cuáles son los más importantes a continuación:

Objetivos generales

Los objetivos generales de una empresa son los más comunes y genéricos, como su propio nombre indica. Es decir, se busca una meta que se plantea y se consigue desde un punto de vista global.

Objetivos específicos

Los objetivos estratégicos o específicos de una empresa buscan la consecución de pequeñas metas sobre las que la compañía pone el foco. También son conocidos como objetivos operacionales. Es decir, serían aquellos que se buscan, por ejemplo, dentro de un área específica. Así, cuando se suman varios de estos objetivos, se logra una gran meta, un resultado más general.

Objetivos por plazos

En este caso son objetivos que se van logrando de forma temporal, dependiendo de un timing. Son también llamados objetivos tácticos. Son estos:

  1. Objetivos a corto plazo: son los primeros que se han de lograr. Han de ser medibles y suelen cumplirse en tiempos que no exceden los 6 meses.
  2. Objetivos a medio plazo: se logran en un tiempo que va de los 6 a los 24 meses aproximadamente. Es decir, requieren de un tiempo moderado para que se cumplan.
  3. Objetivos a largo plazo: toda empresa necesita un tiempo prudencial para lograrlos, generalmente entre dos y cinco años, tal vez más. Por eso requieren de un plan estratégico bien definido.

Objetivos medibles

Por último, también cabe destacar los objetivos medibles que, como su propio nombre indica, son aquellos que se pueden medir de dos formas diferentes:

  • Objetivos cualitativos: son los objetivos que no se miden de forma cuantificable, pero sí en cuanto a calidad, por ejemplo, a través del branding, la atención al cliente, etc.
  • Objetivos cuantitativos: se pueden medir y se estiman por la cantidad, con un valor numérico. Por ejemplo, por la cantidad de conversiones, interacciones, ventas, contactos, leads logrados, etc.

Antes de fijar los objetivos estratégicos de una empresa

¿Cómo establecemos los objetivos? Lo primero será conocer qué regla vamos a seguir, ya que no hay una específica. No obstante, sí que existen factores y variables a considerar. Veamos los más destacables.

  • Oportunidades: ¿qué opciones de crecimiento encontramos según la naturaleza de la empresa? Analizaremos pormenorizadamente las posibilidades y los nichos en los que la corporación puede prosperar para atacar esos mercados específicos.
  • Amenazas: hay que estudiar el entorno de la empresa para saber qué posibles amenazas podrían tirar abajo todo el trabajo a realizar. Por ejemplo, la entrada correcta en un nuevo mercado, sin errores, sin que ello redunde negativamente en el avance y obtención de los objetivos.
  • Recursos: hay que estudiar qué recursos se tienen disponibles para llevar a cabo los trabajos en cumplimiento de los objetivos.
  • Capacidades: ¿hasta dónde se puede llegar con lo que se tiene en la organización? Solo con esta información podremos establecer objetivos de la empresa que sean realmente obtenibles y alcanzables.
  • Valores, políticas y cultura: todos los objetivos que busca una empresa han de estar en concordancia con los valores de la misma, con las políticas que implementa y con la cultura empresarial que desarrolla.

Visión

Entroncando con el punto anterior, hemos de trabajar en la visión de la empresa para acotar los objetivos. Y es que las políticas que implante una compañía son las que definen la visión de la misma que siempre irá en consonancia con las metas que se buscan.

Para entenderlo mejor, pongamos un ejemplo. Supongamos que una compañía tiene como visión la búsqueda de ofrecer al cliente productos de calidad a precios bajos. Así pues, todos los objetivos estarán marcados por esa política, ya que ahí están implementados los valores y la cultura de la empresa. Satisfacción del cliente a través de la venta de buenos productos de gran calidad a precios bajos que se pueda permitir cualquier usuario potencial que requiera de los mismos.

Estrategia

Y todo ello se ha de lograr a través de la estrategia. En la misma estarán implementados todos los objetivos que se busquen, ya sea siguiendo los puntos marcados, ya sea siguiendo cualquier clase de las metas que hasta ahora hemos señalado como obtenibles.

Y es que, toda estrategia que pongamos en marcha tendrán en cuenta ciertos factores:

  • Consistencia vertical: o sea, todos los niveles jerárquicos de una empresa estarán implicados según su nivel de responsabilidad.
  • Objetivos operacionales: las estrategias se enfocarán dependiendo de equipos de trabajo concretos y de su nivel de participación.
  • Objetivos tácticos: cada área o departamento establecerá sus propios objetivos.
  • Consistencia horizontal: la estrategia ha de estar en consonancia con el nivel jerárquico horizontal, según áreas de producción, de marketing, etc.
  • Comunicación: sea como sea, con cualquier objetivo, a cualquier nivel jerárquico, la comunicación ascendente, descendente y horizontal ha de ser máxima para que no haya errores entre los componentes de las áreas, grupos, etc.
  • Revisión periódica: igualmente se ha de hacer una revisión periódica del nivel de cumplimiento de los objetivos para que siempre se esté seguro de que se están cumpliendo. De lo contrario, habría que analizar e implementar cambios de la estrategia planteada.
  • Objetivos dinámicos: los objetivos de una empresa nunca deben ser estáticos. Es decir, han de ser suficientemente flexibles para que se puedan adaptar a cambios inesperados que, por gracia o por desgracia, son habituales en toda clase de ámbitos, mercados y entornos. Por ejemplo, que estén preparados para una adaptación a nuevas tendencias y preferencias de los consumidores en un mercados dinámico y siempre cambiante.
  • Objetivos prioritarios: es decir, capaces de establecer prioridades en el momento de su cumplimiento. Por eso, podrán ir de los más relevantes, urgentes o importantes, al resto. Todo ello dependiendo de la estrategia planteada, de la necesidad táctica y técnica y de las operaciones puestas en marcha.

Tipos de objetivos para empresas

Los objetivos de una empresa deben ser SMART

Esta es una máxima que se debe cumplir siempre. Los objetivos de una empresa tienen que ser SMART. Ideados por George T. Dorian, se especifican unos parámetros que han de cumplir para que realmente sean realistas y funcionales y, por supuesto, beneficiosos. Veamos qué los caracteriza y cómo se identifican.

Específicos

Deben ser específicos. O sea, han de ser concretos, de forma que cualquier profesional que participe en la empresa los pueda identificar, reconocer y entender. Si no se concretan, difícilmente podremos alcanzar las metas propuestas.

Medibles

Sin duda, objetivos cuantitativos de una empresa, objetivos específicos de una empresa, objetivos a corto plazo, objetivos a largo plazo, objetivos generales… Todos ellos tienen que ser medibles y controlables. Si queremos obtener una visión realista, es necesario que podamos especificar si se han cumplido y en qué medida se han logrado.

Alcanzables

Lo hemos dicho ya. Todos los objetivos de una empresa han de ser realizables y realistas. O sea, alcanzables. De nada sirve proponerse lograr unas ventas X si sabemos que, por nuestra capacidad, solo podremos llegar humana y materialmente a X-5. Si queremos evitar frustración y sensación de fracaso, solo aplicaremos aquellos objetivos estratégicos que de verdad se pueden obtener y que no contradigan nuestra propia capacidad.

Relevantes

Obviamente, han de ser relevantes. Es decir, tienen que marcar un antes y un después. Pongamos un ejemplo para explicarlo mejor. Supongamos que hacemos una inversión X para obtener un beneficio mínimo Z. Si el objetivo que nos planteamos es llegar a un beneficio de Z-10 cuando ya estamos logrando algo como Z-12, no hay relevancia, ya que apenas ha variado nuestra obtención de beneficios y no sabremos si realmente la inversión ha merecido la pena o no.

Oportunos

Obviamente, también han de ser oportunos. Es decir, que lleguen en el momento correcto, que se logren en un lapso de tiempo determinado, que sean realistas con la situación actual de la empresa, que permitan una estimación lógica de cara al futuro, cuando se obtengan, y que se puedan definir dependiendo de las circunstancias concretas según el timing estimado. Como decimos, tener los pies sobre el suelo es clave para que estas estrategias funcionen.

10 ejemplos de objetivos de empresas exitosas

Los ejemplos de objetivos de una empresa son múltiples. Podemos encontrar compañías que han tenido gran éxito en su sector, ya sea desde un punto de vista estratégico, en el área de marketing, en el departamento financiero, en la producción o en los recursos humanos.

Por eso, vamos a centrar nuestra mirada en algunas de las grandes empresas que un día se marcaron un objetivo o varios y hoy son un referente a nivel mundial en todos estos apartados, desde el marketing hasta la estrategia. Aprendamos de los más grandes y adaptemos sus ideas a nuestros proyectos.

Ejemplo 1: Google

Te suena, ¿verdad? Google se marcó como objetivo el ofrecimiento de una perfecta organización de toda la información que el mundo online podía ofrecer. Una meta más que ambiciosa, no cabe duda.

En la actualidad, esta compañía ha logrado que, de la mano de su CEO, Larry Page, más del 90% de las búsquedas de información que se realizan hoy en día pasen por su enorme buscador. Por eso, algunos usuarios han acuñado el nombre simpático de San Google, porque lo que no sepa esta herramienta, igual es que directamente no existe.

Pero Google no para, ya que cada día trabaja por perfeccionar sus algoritmos de búsqueda, lo que facilita que el usuario obtenga una experiencia más personalizada a través de la recepción de información realmente útil y relevante.

Ejemplo 2: Coca-Cola

Cambiamos radicalmente de sector. Ahora, nos centramos en una compañía que, según sus propias palabras, quería refrescar al mundo de una forma diferente. Lo lograron, vaya si lo lograron.

Coca-Cola superó el hecho de ser una marca que fabricada bebidas refrescantes para transformarse en una empresa que enseña una forma de vida, una manera de entender el mundo de sus clientes.

Sus campañas se suelen enfocar en la felicidad, en el sentido de pertenencia, en la amistad y el estilo de vida, y todo ello gracias a un producto estrella, la famosa bebida.

Ejemplo 3: Apple

Vamos con otra marca archiconocida que, sin embargo, ha disfrutado del éxito real apenas en las últimas dos décadas, sobre todo gracias a un pequeño artilugio que revolucionó la forma en que nos comunicamos, el teléfono portátil inteligente.

La idea de esta marca, no obstante, era siempre ser pionera en aquello que hiciera. Y lo logró, primero en la informática a través de su forma de entender el sistema operativo y la forma en que la gente usa un computador. Luego, gracias a otras herramientas tecnológicas que cambiaron la forma de escuchar música, de conectarse a internet e incluso de usar una tablet.

Gracias a sus reinvenciones revolucionarias, esta marca ha crecido y ha permitido crear una relación de clientes exigentes que aspiran a manejar tecnología de la máxima calidad, de ahí que su nombre cree atracción, casi adicción.

Ejemplo 4: Nike

Pasamos ahora a una marca deportiva que también se ha convertido en símbolo de libertad de expresión, de inspiración y de innovación desde el punto de vista del atleta.

Hace muchos años que Nike destaca por la calidad y elitismo de sus manufacturas. Debido a ese concepto, y a través de la involucración de atletas de renombre en sus campañas, ha logrado destacar, demostrando que un deportista no solo corre o juega con un balón, en realidad, representa una forma de vida, de vestir, de ser, de vencer.

Ejemplo 5: McDonald’s

Veamos ahora una marca de comida rápida. ¿Cómo logró sus objetivos? En este caso, a través de la creación de ambientes. Sus locales, más que restaurantes, son espacios divertidos en los que igual se puede celebrar un cumpleaños infantil que se puede comer con amigos o con la pareja.

Esta cadena de restaurantes, además, ha logrado sus objetivos en un mercado competido a través de la comida de bajo precio, luchando contra constantes campañas de desprestigio por la supuesta falta de calidad de los alimentos que usa.

Sin embargo, durante más de 70 años ha demostrado ser un modelo de negocio rentable que se puede exportar con éxito a cualquier rincón del mundo, ya que es primera opción para millones de personas en todo el planeta.

Ejemplo 6: Adidas

Una de las marcas deportivas que, además, por ser de origen alemán y tener cierta relación con el nazismo, tuvo que quitarse tal sambenito en su día. Lo logró a base de esfuerzo, marcándose objetivos que la subrayaban como una empresa enfocada en la pasión por el deporte, para lo que instauró campañas mundiales de estrategias basadas en un estilo de vida propio.

Desde aquella antigua época, la marca ha sobresalido con su enfoque en el deporte de alto rendimiento. Su estrategia de expansión ha sido cumplimentada con creces abriéndose paso en mercados tan competitivos como el estadounidense, donde tuvo que lidiar con la todopoderosa Nike. Su contribución con material táctico y funcional fue todo un éxito.

Ejemplo 7: American Express

Otra de las marcas cuyos objetivos de empresa tuvieron que enfocarse al mercado internacional para escapar de su marcado sesgo estadounidense.

¿Cómo logró diferenciarse? En base a productos diferenciados y servicios únicos que ayudaban a sus clientes a lograr sus aspiraciones más íntimas. Este elemento esencial ofreciendo verdadera calidad de vida le ayudó a convertirse en un proyecto único y muy codiciado.

Productos financieros irrenunciables, de calidad, irremplazables, que dan un valor diferencial al cliente, que se identifica y se siente orgulloso de poseer esta tarjeta y disfrutar de los servicios a ella asociados.

Ejemplo 8: IKEA

Qué decir de una marca como IKEA. Los suecos han sabido hacerse un hueco a nivel mundial en las casas de todo el planeta gracias a su amplísima gama de muebles para el hogar dotados de un diseño funcional, propio, atractivo y muy económico.

El objetivo de esta empresa fue que cualquier persona pudiera tener un mobiliario propio que fuera bonito y que se lo pudiera permitir. Por eso bajó los precios hasta hacerlos muy asequibles para el común de la población del mundo.

Ha instaurado un modelo interesante de autoservicio que le permite ahorrar costes. También la compra de grandes cantidades, lo que abarata los precios del proveedor y también los que puede ofrecer al cliente final.

Ejemplo 9: Patagonia

Esta marca se marcó como objetivo la creación de un producto que fuera inspirador y a su vez no implicase problemas para el medio ambiente. Por eso combinó valores como la seguridad y la alta calidad, repercutiendo así en un mundo mejor para todos.

Su esfuerzo por demostrar su vena filantrópica, sus valores de equilibrio medioambiental y su amor por la naturaleza y la belleza han logrado posicionar a Patagonia como una marca exitosa y muy demandada.

Ejemplo 10: JetBlue

El último ejemplo que destacamos de los objetivos de una empresa es JetBlue. Quizás no es tan conocida como las anteriores, pero ha sabido crear una estrategia de marketing muy cercano gracias a la implantación de un programa influyente y a su asociación a instituciones benéficas.

Esta compañía demuestra un enorme compromiso con el cliente, y también con el entorno. Por eso, enfocados en la mejora de la vida de los usuarios, ha sabido crear una comunidad cercana entre sus propios empleados, sus dueños y, por supuesto, las personas que confían en sus servicios.

Todo esto lo ha logrado en apenas 20 años desde su creación. Sus llamadas a la acción son magníficas, sus programas de voluntariado han demostrado una notable eficacia. Todo ello le ha permitido un gran posicionamiento en buscadores, y fuera de ellos.

Conclusiones

Los objetivos estratégicos de una empresa son fundamentales para el éxito. Gracias a ellos se establece el curso a seguir, por lo que se obtiene una fuente de información y motivación que ayuda a todos los miembros de la compañía y que, a su vez, permite la medición del desempeño.

Es importante, no obstante, antes de establecer los objetivos de una empresa, que estos sean medibles, alcanzables, coherentes, realistas y, sobre todo, un desafío claro al que se pueda aspirar.

Según la naturaleza serán específicos o generales, según la jerarquía serán operacionales, estratégicos o tácticos, y según el tiempo, serán a corto, mediano o largo plazo, no lo olvides.

Y, sobre todo, antes de establecer objetivos generales de una empresa, o bien específicos, recuerda analizar las oportunidades y las amenazas, la competencia y el entorno, las capacidades y los recursos, las políticas, valores y cultura de tu corporación y, por supuesto, las ansias de éxito de tu compañía.

Fuentes : Asepyme, EADA Business School, Convierte más con Vilma Núñez, Marketing and Web, Cyberclick Marketing Digital

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